La Navidad es una época para dar lo mejor de nosotros, hacer regalos, pero sobre todo regalar felicidad.

Son muchas las ONG’s que participan en este proyecto, que regalan  su tiempo a otras personas y a otros proyectos, y aún más,  las personas involucradas en que este proyecto, en concreto,  se lleve a cabo.

Fue difícil negarse cuando nos propusieron participar en el proyecto Caja de Navidad. Tan sólo mencionarlo y por unanimidad empezamos a decidir qué regalos comprar, qué edad tendría nuestro destinatario…

Unos calcetines, un chándal, juguetes varios, juegos de mesa o material escolar… cosas insignificantes en la vida de cualquiera son aquellas que pueden alegrar la vida de cualquier niño sin recursos.

Nuestra caja también va llena de alegría, de ver a otros llenos de felicidad por recibir un regalo en la época en la que estamos; va llena de emoción, por preparar la caja con todo el entusiasmo del mundo y elegir todos los enseres para rellenarla; lleva bondad, gratitud y empatía, pues deseamos que todos los niños del mundo tengan el derecho que nosotros tenemos a emocionarse abriendo un regalo.

Las cajas de las ONG’s van llenas de esfuerzo y dedicación, pues sin ellas nada de esto sería posible, pero también van llenas de un poco de preocupación e incertidumbre por el qué pasará con los regalos, si llegarán a tiempo, si se nos olvidará algo o si les gustará a nuestros niños.

Nuestras cajas van llenas de colaboración con todos los niños que merecen regalos, y la tuya  ¿de qué va llena?

  Articulo enviado por Lucía Barba Estévez

   2º de Administración y Finanzas.