A los profesores de lengua castellana y Literatura de nuestro IES, José Manuel Begines y Álvaro Romero, les sirvieron todas las razones y efemérides de comienzos de noviembre: el Día de los Muertos, de los Santos, Halloween y otras excusas de miedo para hacer un ejercicio literario con algunos de sus alumnos de 1º de bachillerato A que ha resultado todo un éxito, al sentir de cuantos grupos participaron en la biblioteca del centro de un cuentacuentos que puso a más de uno los vellos de punta.
Caracterizados tenebrosamente, vestidos rigurosamente de negro, José Mª Hormigo y José Antonio Dorado, apoyados por Juan Antonio Cabeza y Ángel Fernández, se plantaron un foco en la cara para relatar una historia de terror. El primero lo hizo utilizando una historia más o menos verídica, más o menos legendaria, oída en su propia familia, con sus padres y abuelos y un misterioso cura de protagonistas y la abandonada Hacienda de la Mejorada Baja como telón de fondo. El segundo se inventó directamente una escalofriante historia ocurrida en torno a un bosque por el que camina el personaje principal, perseguido por un frígido hombre con pinta de fantasma…..
Los compañeros de otros cursos que asistieron el viernes a estos relato fantasmagóricos no solo se metieron en las historias, sino que comprobaron el poder de la literatura- y especialmente de la literatura oral, producida en casa- para ampliar horizontes.
Además, muchos de ellos, como José Domenech o Lucía Gayango (1º ESO D) o Raquel Gómez (1ºESO B), por ejemplo, se animaron a improvisar sus propios relatos, que fueron también, muy aplaudidos
Tal vez el más escalofriante de todos fue el que contó finalmente el propio profesor José Manuel Begines, utilizando el propio instituto para construir una inquietante leyenda urbana sobre la que muchos chicos terminaron preguntando si era cierta o no.
El propio profesor, ya con las luces encendidas, focalizó el objetivo último del taller: una exposición de Literatura de suspense y terror, con títulos célebres de autores como Arthur Conan doyle, Edgar Allan Poe, Lovecraft, Stephen King o Bram Stoker, entree otros muchos, para señalar al alumnado que hay infinitos orificios por los que colarse en la fantasía y en la biblioteca.