El deber principal
Por Álvaro Romero (Profesor de Lengua y Literatura en el IES Almudeyne)
(Artículo que proviene de la sección Viéndolas venir del Correo de Andalucía)
Andamos muchos padres de hoy revolucionados con los deberes de nuestros hijos, tal vez porque tenemos tantos deberes socio-laborales que preferimos obviar el deber principal, el de ser padres, que no consiste tanto en fecundar, alimentar o criar, como en educar, y no tanto hacia la comodidad hogareña como hacia la responsabilidad ciudadana. Lo más fácil para unos padres sería obedecer a sus hijos, al igual que lo más fácil para unos maestros sería obedecer a los padres, que es lo que hacen los políticos, conscientes de que estos suman más votos que aquellos. Pobre matemática.
Los padres de antes trabajaban de sol a sol, pero a ninguno les dio por entrometerse en las tareas escolares de sus hijos. Ahora la cosa es más compleja, porque muchos padres trabajan incluso de luna a luna y cuando aterrizan por casa no están para ejercer de educadores, pues piensan que para eso está también el maestro, que debe educar, civilizar, sensibilizar, psicoanalizar, vigilar y además enseñar. Así que si el maestro manda deberes para casa no se entiende como una consolidación personalizada y reposada de lo aprendido durante la mañana entre treinta compañeros, sino como un engorro. Y la excusa es la felicidad de los niños. Pobre mentira. Los niños son infelices por otras causas.
El maestro es diana fácil porque sería más difícil atacar a un sistema que permite engordar la ratio y adelgazar la inversión, a unos políticos que nos regalan el oído, a una sociedad que explota a los adultos hasta el sintomático retorcimiento psicológico de que parezca que son los niños los que resultan explotados.
Hay maestros que se pasan –o que no llegan-, como en todos los oficios. Pero en la búsqueda de soluciones no deberíamos meter a los niños con ninguna huelga. Las huelgas, que deberíamos saber usar, son armas nuestras. Usando, en cambio, a los niños no conseguimos sino engañarlos a ellos y a nosotros, ayudar a la estafadora crisis a terminar de cargarse la escuela pública.
II Concurso de Calabazas de Halloween
Los alumn@s premiados DEL II Concurso de Calabazas de Halloween, organizado por el Departamento de inglés han sido los siguientes:
Primer premio: Lucia Lin Hauchard Cid, María Begines Tirado y Lucía García Maestre (1ºESO-A)
Segundo premio: Carmen Rocío González Ramos, Nerea Amuedo y Laura Gómez (1ºESO-B)
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Tercer premio: Jesús Ramos y Andrea Romero (2ºESO-A)
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Cuarto premio: Antonio Sánchez, Marta Coronilla y Blanca Hidalgo (2ºESO-B)
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Dos premios accésit: Patricia Prieto Durán (2ºESO-A)
Ivan Jurado, Enrique Fernández y Julio Garamendi (1ºESO-A)
Todos los alumn@s premiados recibieron el pasado 3 de noviembre de 2016, en la biblioteca sus premios que consistieron en artículos escolares así como un pen para cada uno.
También se premió a un alumno ayudante de la biblioteca que colaboró activamente en el montaje de la exposición.
Felicitamos no solo a los alumn@s premiados, sino a todos los participantes en esta bonita actividad.
Aquí os dejo algunas fotos del evento:
HALLOWEEN EXPOCALABAZAS
Con motivo de esta tradición anglosajona, el Departamento de Inglés de nuestro Centro, ha organizado el II Concurso de Calabazas de Halloween del que destacamos el buen nivel de participación por parte del alumnado del primer ciclo de ESO.
En esta ocasión la exposición de las mismas se ha organizado en la planta baja, en el pasillo de jefatura que fue ambientado para la ocasión con adornos propios de esta festividad. Esta ubicación, creemos que ha sido un acierto, ya que ha permitido a gran parte del alumnado visitarla.
Los alumn@s premiados han sido los siguientes:
Primer premio: Lucia Lin Hauchard Cid, María Begines Tirado y Lucía García Maestre (1ºESO-A)
Segundo premio: Carmen Rocío González Ramos, Nerea Amuedo y Laura Gómez (1ºESO-B)
Tercer premio: Jesús Ramos y Andrea Romero (2ºESO-A)
Cuarto premio: Antonio Sánchez, Marta Coronilla y Blanca Hidalgo (2ºESO-B)
Dos premios accésit: Patricia Prieto Durán (2ºESO-A)
Ivan Jurado, Enrique Fernández y Julio Garamendi (1ºESO-A)
Todos los alumn@s premiados recibirán el próximo día 3 de noviembre, en la biblioteca sus premios que consistirán en artículos escolares asi como un pen para cada uno.
También se premiará a un alumno ayudante de la biblioteca que colaboró activamente en el montaje de la exposición.
Felicitamos no solo a los alumn@s premiados, sino a todos los participantes en esta bonita actividad.
Aquí os dejo algunas fotos del evento:
HABLO ANDALUZ. POR ESO HABLO TAN BIEN
Por Álvaro Romero (Profesor de Lengua y Literatura en el IES Almudeyne)
A propósito del andaluz, y de la autoflagelación de Rosa la de Operación Triunfo, hay que volver a repetirlo:
Los andaluces somos, tal vez, los que mejor hablamos de España, sin que tengamos otra lengua distinta del castellano, sino un castellano hablado a nuestra forma, tan legítima como todas las demás formas, todos los demás acentos, desde México hasta Chile pasando por Argentina o Extremadura.
Los acentos de una lengua la enriquecen. Ninguna lengua tiene un acento perfecto y unos acentos imperfectos. Todas las lenguas se materializan, a la hora de la verdad -a la hora de hablarlas-, en hablas o acentos, que son las formas personalísimas de avivar una lengua, pues las lenguas que no se hablan son lenguas muertas.
El castellano hablado en Andalucía -el andaluz, o mejor dicho, las hablas andaluzas- está tan vivo que lleva siglos a la vanguardia de nuestra lengua, desde que era lengua imperial y estuvo llamada a que la hablasen casi 500 millones de personas en el mundo. Fue el castellano hablado en Andalucía -o sea, el andaluz, estas hablas andaluzas nuestras- el que cruzó el Atlántico para derramarse por América. Y desde entonces, todos aquellos acentos no provienen de un castellano a secas -que tal vez no exista- sino del castellano hablado en Andalucía, o sea, el andaluz.
Que el andaluz -el castellano hablado en Andalucía- es dialecto de vanguardia, lengua con personalidad, economía propia y versatilidad comunicativa más allá de la frígida teoría academicista no solo lo han dicho escritores -quienes mejor manejan una lengua- nacidos aquí, como Antonio Machado o Antonio Muñoz Molina, sino incluso escritores nacidos en la otra punta de España, como Torrente Ballester.
Así que cuando nos vengan con vulgarismos extendidos por el Sur -como por cualquier otra parte-, no los reconozcamos como andalucismos, sino como vulgarismos, que son cosas muy distintas. Que ya está bien de dar la lata con el andaluz, acento tan principal y elegante de quienes mejor sabemos hablar español con todas las letras y a pecho descubierto.
Autor: J. S. Morales / J. M. Moya
Intérprete: Los Romeros de la Puebla